Trump nos enseña que…



-Nuestros pensamientos crean la realidad- es casi una frase cliché, sin embargo con el fenómeno Trump, veremos cómo esto es cierto.

Todos sabemos quién es Donald Trump, pero según el medio de comunicación del cuál hayamos sacado información sobre él, podemos creer desde que es el mesías prometido, hasta la reencarnación de Hitler.

Los anti Trump te dirán que es un racista, un totalitarista, la vergüenza de los estados Unidos. “Solo basta ver los videos para ver la clase de HdP que es…”

Los pro Trump te dirán que está cumpliendo sus promesas de campaña, sacando a los Estados Unidos del barro.  “Está haciendo a America grande de nuevo”

Los dos tienen razón, las dos posturas están basadas en la realidad actual, sin embargo los anti Trump prefirieron verle solo los defectos tanto a él como a sus propuestas, al punto que abuchean cualquier opción presentado por él.  Muchos, tanto estadounidenses como el resto de la población mundial, están sumidos en profundo miedo por el ascenso de este “dictador” en USA. No tiene ni un mes de estar en el poder y ya para muchos es peor que Stalin. Esto les provoca, angustia, miedo frustración.

Luego tenemos a los pro Trump, quienes eligieron ver el lado positivo del tipo, exitoso, políticamente incorrecto, astuto, ambicioso. También este grupo tiene miembros internacionales, quienes están de acuerdo en que Estados Unidos deje de ser “la policía” del mundo, en mejorar tratados de libre comercio, terminar con el terrorismo. Esta gente está llena de esperanza, de alegría, de tranquilidad.

Tanto unos como los otros dirán que el otro no quiere ver la realidad de las cosas. Lo que sucede es que ambos puntos de vista son parte de la misma realidad, como una moneda con dos caras. Tú decides si ves el lado “demócrata o republicano” de las cosas, y que tanta “sal y pimienta” le pones a dicha realidad, pues a muchos medios de comunicación se les ha ido la mano con la sal y al señor Trump en Twitter se le ha ido la mano con la pimienta.

Así es nuestra vida y todos los acontecimientos que suceden ella. Todos tienen dos caras, y nosotros somos los que decidimos a cuál le prestamos atención y cuánto “sazón” le echamos. 

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