Lo que se resiste, persiste
Lo que se resiste, persiste.
Acéptalo todo tal cuál es y tal cuál sucede.
Estas son antiguas palabras y
hechos de los maestros Zen, pasados por los siglos, cruzando las dinastías y
las culturas de los pueblos olvidados, algunos originarios de la época del Buda
mismo.
A menudo los dichos Zen parecen
extraños y confusos, pero si se miran de cerca, contienen sabiduría profunda,
la sabiduría que puede liberarlos de sufrimientos innecesarios.
Podría decirse que la esencia del
Zen consiste en la comprensión de que la vida es un gran sueño tonto y que
aceptar todos los aspectos del sueño exactamente como son, es el camino hacia
la liberación.
La mayoría de nosotros
resistimos todos los atributos de la realidad todo el tiempo o los llamamos
"malo" o "equívoco". El zen nos enseña a no resistirnos a
nada y a dejar de lado la necesidad de hacer juicios sobre nuestra experiencia.
Esta lección -resistir a
nada- puede ser vista como el secreto de la vida. Es fácil de entender, pero
también es notoriamente difícil de recordar en los momentos en que más lo
necesitamos, en los momentos en que realmente no queremos aceptar lo que nos
está sucediendo. Más bien nos aferramos y sentimos lástima por nosotros mismos.
Por eso, es importante recordar
que lo que se resiste, persiste. Es decir, si estás pasando por una situación
desagradable, acéptala tal cuál es, hónrala y vívela. Respira y verás como el
sol sale al día siguiente. Pero si te conmiseras, si te enfadas o luchas contra
ella, le estará dando fuerza, y muy posiblemente una situación que hubiese
durado un día, podría quedarse contigo por el resto de tu vida.
Cuento Zen, “Ya veremos”
Un granjero tenía sólo un
caballo. Un día, su caballo huyó.
Sus vecinos dijeron:
"Lo siento mucho. Es una mala noticia. Debes de estar muy molesto.
El hombre dijo: "Ya
veremos".
Unos días más tarde, su
caballo volvió con veinte caballos salvajes siguiéndolo. El hombre y su hijo
acorralaron a los 21 caballos.
Sus vecinos dijeron:
"¡Felicitaciones! Esta es una buena noticia. ¡Debe ser tan feliz!
El hombre dijo: "Ya
veremos".
Uno de los caballos
salvajes le dio una patada al único hijo del hombre, rompiéndole las piernas.
Sus vecinos dijeron:
"Lo siento mucho. Es una mala noticia. Debes de estar tan molesto.
El hombre acaba de decir:
"Ya veremos".
El país fue a la guerra, y
todo joven valiente fue reclutado para pelear. La guerra fue terrible y mató a
todo joven, pero el hijo del campesino se slavó, ya que sus piernas rotas le
impidieron ser reclutado.
Sus vecinos dijeron:
"¡Felicitaciones! Esta es una buena noticia. ¡Debe ser tan feliz!
El hombre dijo: "Ya
veremos".
Sacamos tres conclusiones del
cuento:
1. Él entiende que no importa qué
está sucediendo, esto también pasará.
2. Se da cuenta de que lo que
parece ser "positivo" ahora podría resultar ser "negativo"
más tarde, y viceversa.
3. Se niega a hacer juicios sobre
el momento presente; En cambio, simplemente la acepta como es, sin llegar a
conclusiones finales.
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