La verdad sobre la adicción a las drogas



Cuando encontramos que un miembro de la familia está consumiendo drogas (incluido el alcohol), generalmente se entra en pánico y se demoniza a la persona, culpando su uso de sustancia de todos los problemas del entorno. Sin embargo, las causas reales de dichos problemas es el entorno en sí.

Es decir, una persona que habita en un entorno amoroso, de cooperación y soporte es muy improbable si no imposible que desarrolle una adicción a nada. Pero una persona que es constantemente criticada, con poco cariño si no nulo, estigmatizada y alienada desarrollará una adicción a las drogas o cualquier otro comportamiento autodestructivo como modo de escape y a la vez es una forma inconsciente suicida. Donde el individuo se siente tan descontento con su vida que empieza a matarse lentamente.

Parte del tratamiento convencional para la adicción dice que el adicto “debe tocar fondo” o sea se le pone a sufrir todavía más, y ese fondo puede ser la muerte misma. El adicto no es más que un síntoma de un entorno familiar sumamente disfuncional, donde todos los miembros son RESPONSABLES en alguna medida de la adición de la persona, más si se trata de niños o adolescentes.

Así vemos como se le estigmatiza cada vez más al adicto, haciéndolo sentir culpable y de esta forma estimulando su deseo de escape y su adicción. Los grupos como AA, y NA solo logran crear tal culpa en el individuo que este ciertamente en muchos casos deja de consumir drogas, pero traslada su dolor hacia otro método de escape, como puede ser la comida, el exceso de trabajo, la depresión crónica.

Adicción NO es una enfermedad, es un SÍNTOMA de una profunda disfuncionalidad del entorno del individuo.

Entonces, ¿qué hacer?, Si una familia realmente quiere ayudar al adicto, primero debe darle cariño y amor, no críticas ni hacerlo sentir culpable. Deben llevar terapia TODOS, para así solucionar el entorno familiar y crear un lugar donde todos los individuos cooperen para su bienestar y no en pro de su misma destrucción. Muchas veces lo que sucede es un miembro de la familia se siente “cómodo” como están las cosas, sin importarle lo que le sucede al resto de los miembros, y esto desencadena la adicción del más débil. Caso clásico de padres narcisistas.

El adicto debe entender dentro de lo más profundo de su ser que NO es su culpa su problema, que no hay nada ni malvado ni malo en él. Qué  simplemente representa una disfuncionalidad profunda de su familia y si esta no está dispuesta a cambiar y realmente ayudarle, lo mejor es poner tierra de por medio y empezar su propia vida en otro lugar, entendiendo que debe crearse un ambiente propicio, donde este siempre ocupado, ojalá en tareas que le satisfagan y llevar su proceso terapéutico para sanar las heridas que le ocasionaron su adicción.

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