El Narcisista Altruista


 

El narcisista altruista quien con su manto de bondad confunde a sus víctimas. El hipócrita más grande que existe.

Tales narcisistas hacen todo lo posible para curar la imagen de un cuidador desinteresado. Esta imagen no es sincera. Está ahí para combatir un sentido interno de inutilidad en lugar de preocuparse y proteger genuinamente a los demás.

Sharon Soani, PhD, dice que no todas las donaciones son iguales.

“Independientemente de su situación financiera, el narcisista da si tiene dinero o no”, dice Spano. "Sin embargo, dan desde un sentido depravado de sí mismos".

Agrega que en casos extremos, “este tipo de personas pueden ser adictas a dar, incluso dispuestas a endeudarse. El dar, como ve, se trata más de verse bien que de generosidad”.

Todos los narcisistas sufren un sentimiento central de profunda inutilidad que no pueden soportar reconocer. Para mantener fuera de la conciencia este terrible sentimiento, inflan su sentido de importancia y especialidad. Esto también se conoce como desarrollar un sentido grandioso de uno mismo. Sin embargo, la grandiosidad por sí sola no combate suficientemente la sensación de inutilidad. También necesitan que otros cumplan con esta visión inflada de quiénes son. Con este fin, ejercerán una influencia coercitiva sobre las personas que los rodean para reflejar lo que quieren ver. Sus expectativas de que los demás cumplan con sus expectativas exageradas se denomina "sentido de derecho".

Cuando no obtienen lo que quieren, estos narcisistas pasan inmediatamente a un modo estándar de víctima / mártir: “pobre de mí, nadie se preocupa por mí, yo doy y doy y nadie aprecia todo que hago, bla, bla, bla ". “Mal agradecida…”

Los efectos secundarios que acompañan a este tipo de generosidad misantrópica, hay uno en particular que puede hacer la vida aún más difícil para quienes viven con el narcisista o lo aman.

Todo se trata de control: las compensaciones por la bondad de un narcisista

Los narcisistas a menudo usan su capacidad para dar "cosas" a las personas como una forma de ejercer algún nivel de control sobre sus vidas. Compran a la gente y piensan realmente que les pertenecen, esclavos que le deben rendir pleitesía por lo bueno que es… 

“Los demonios existen” me decía mi abuelo “pero no son feos, no mija, son bellos y vienen con regalos”. 


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